una de las mejores comidas que he probado a lo largo de mi corta vida es el dumpling o bollo de masa llamado knedliky. Es un plato que conocí mientras vivía en la República Checa. al principio la gastronomía del país me era no sólo desconocida sino que me parecía en cierta forma poco saludable. acostumbrado a la gasrtonomía de mi país y sobre todo a lo que acostumbraba a comer a diario en mi casa, lo cual es comida balanceada y nutritiva, en ese país europeo sentía que todo iba directo a las arterias. recuerdo la primera vez que me encontre con esta masa blanca, algo como si a un pan blanco de sandwich nunca lo hubiesen cocinado. mi primera reacción fue obviamente de recelo, seguida por una perdida de apetito que muy pocas veces me sucede. Sin embargo, decidí probarlo. No fue amor a primera vista, o en este caso a primer "mordisco", más bien fue una sensación de repulsión lo que me ocurrió y prometi no volver a comer esta masa extrana. Poco tiempo después decidi darle una segunda oportunidad y a partir de ahi me volví el mayor fanatico no checo de ese platillo.
aunque en si el bollo o la masa no tiene mucho sabor, la idea del platillo es comerlo con abundante salsa de cualquier tipo, bechamel con pollo y goulash son las más conocidas aunque mi preferida es la svickova que es una salsa un poco dulce que se hace con chuleta de cerdo ahumada. Hace poco tuve la oportunidad de hacer el platillo en mi casa gracias a la receta que me dio una profesora de cocina europea. Aunque el sabor de la masa no fue exactamente igual al que solía comer en la República Checa, me llevo a tener muy buenos recuerdos de cuando era un estudiante de intercambio al que le gustaba probar cualquier platillo "exótico".
la salsa estaba cremosa y abundante. los sabores eran muy similares a los que hacía mi madre sustituta en su casa. estos dos elementos junto a una buena cerveza checa que conseguí en un establecimiento de Bogotá hicieron una cena perfecta.
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